viernes, 28 de agosto de 2015

Lisboa


Lisboa

Lisboa es la capital y mayor ciudad de Portugal. La ciudad tiene una población de 547.773 habitantes. Se encuentra en la costa oeste de la Península Ibérica, en la desembocadura del río Tajo (Tejo en portugués) sobre el Océano Atlántico. 

Moneda

Nuestro país vecino también utiliza el Euro como moneda. El nivel de vida en Portugal es algo menor que en España por lo que encontraremos muchas cosas más baratas. Aunque hay que tener cuidado ya que en zonas turísticas, como es habitual, se disparan los precios. Por suerte, en la mayoría de los establecimientos encontramos la carta de precios fuera del mismo. 


Idioma

El idioma oficial es el portugués, el cual se parece al castellano y como pocos portugueses saben hablar en inglés , nuestro idioma será la mejor manera de comunicarnos; a veces con ayuda de señas. 


Gastronomia

La sopa es alimento diario en las cenas portuguesas. Se trata de una sopa de verduras más espesa que la que solemos tomar nosotros, paso intermedio entre ésta y el puré. Un plato barato y sabroso que encontraremos en muchos sitios.




El pescado también es un plato muy consumido en este país. Destacan el bacalao, cocinado típicamente a la brasa (à brás) y las sardinas fritas. Cacilhas, la costa sur del río Tajo en Lisboa es un lugar idóneo para disfrutar de este manjar.



La Bifana es otro plato típico portugués que se compone de carne de cerdo cocinado con vino y ajo. Por lo general, se sazonaa con mostaza o salsa picante. Este plato se sirve típicamente en las Fiestas populares que tienen lugar en todo el país. Lo encontraremos en el McDonalds, pero recomiendo probarlo en locales pequeños donde se cocina de forma casera.




El Pastel de Belem es el postre por excelencia de la cocina portugesa. Se trata de un hojaldre relleno de crema recubierto de azúcar caramelizado. Lo encontraremos en todas las pastelerías con el nombre de pastel de nata ya que, solo se puede denominar pastel de Belem en la pasteleria del Monasterio dos Jeronimos en el barrio de Belem.



Las cervezas portuguesas son la Sagres y la Superbock. Son elemento indispensable para refrescarnos mientras admiramos las vistas de los diferentes miradores de la capital lusa. Recomendamos probar la Sagres negra (preta) ya que tiene un ligero sabor a café.





Sin embargo, una bebida más típica de Portugal es la Ginjinha, un licor dulce elaborado a base de guindas que se asemeja el patxaran. 




Cómo llegar

Existen múltiples manera de llegar a Lisboa desde España. En temporada baja, el avión es la mejor manera para llegar a la capital portuguesa ya que los precios están por los suelos y esta conectada con la mayoría de los aeropuertos españoles.

En verano, los precios de los vuelos aumentan y se barajan otras posibilidades. Las capitales peninsulares son conectadas entre sí por autobuses y trenes de Alsa y Renfe, respectivamente.


Cómo moverse


A pesar del tamaño de Lisboa, la zona a visitar se concentra en la parte sur de la ciudad; donde encontramos los barrios de Chiado, Barrio Alto, Baixa y Alfama. El tamaño de los mismos es pequeño por lo que se puede visitar toda esa parte caminando. Más alejado del centro de la ciudad, se encuentra el barrio de Belém, al que llegaremos en tren, como comentaré más adelante. (en gris en el plano de metro)






El metro tiene pocas lineas, aunque es útil si nos queremos mover rápido por la zona turística. Además del tren de cercanías (linea gris), en Belem, Cais do Sodré y Terreiro do Paço podemos tomar el transbordador que nos cruza al otro lado del río; en cada zona a un punto distinto de la orilla sur del río Tajo.






Hay que tener en cuenta que, como toda capital europea, el transporte es bastante caro. Será obligatorio hacernos con una tarjeta de transportes que podemos comprar y recargar en las maquinas que encontramos en el interior de las estaciones. Esta tarjeta nos sirve para todos los transportes que se muestran en el plano: metro, cercanías y transbordador; además del tranvía y los autobuses de la capital portuguesa. 










Nosotros nos alojamos en el hostal Hans Brinker situado en el barrio de Picoas; el cual tiene parada de metro y se encuentra a 20 minutos caminando del centro. 

La noche sale a 12€ por persona en habitaciones de 8 camas e incluye un desayuno variado donde podemos degustar pastelitos de Belem. 

Además, cuenta con un bar donde podemos comprar bocatas y bebidas a bajos precios para luego, deleitarnos la cena con un techo de estrellas en la amplia terraza exterior del hostal






Día 1: Baixa , Chiado y Barrio Alto


El tren nos deja a las 07.30 en la Estación de Oriente y cogemos el metro hacia el hostal. Aún no nos dejan realizar el check-in, pero nos guardan el equipaje mientras nosotros nos lanzamos a las calles lisboetas. 


En 15 minutos llegamos a la plaza Marques de Pombal, desde donde podemos ver, el parque Eduardo VII, coronando el ascenso de la avenida. Las vistas desde lo alto son magníficas.

Praça Marques de Pombal





Avenida de Liberdade


Comenzamos el descenso por la avenida da liberdade hasta la prača Dos Restauradores. En la acera de la derecha, encontramos la oficina de información y turismo, donde cogemos un mapa de Lisboa y solucionamos algunas dudas.






Praça dos Restauradores

El Monumento a los restauradores, en la praça Dos Restauradores, conmemora la Guerra de Restauración, que en 1640, logró la independencia de Portugal que se hallaba bajo el reinado de la casa Austria española, liderada por Felipe I, Felipe II y Felipe III sucesivamente.

Llegamos a la Praça Pedro IV coloquilamente conocida como Praça de Rossio. Se trata de la plaza más conocida de Lisboa, en el corazón de la Baixa. 




Praça Rossio


En el centro se encuentra la estatua de Pedro IV, el primer emperador de Brasil independiente. En su base, las cuatro figuras femeninas representan la justicia, sabiduria, fuerza y moderación; las cuatro cualidades que se le atribuyen a Pedro IV. 



Confeitaria Nacional





Rossio se conecta con la praça Da Figueira, donde encontramos la estatua de Juan I y la Confeitaria Nacional, una de las pastelerías más ricas del país, donde no dudo en probar algo dulce. 












Joao I en Praça Figueira








Cerca de estas plazas, encontramos el Elevador de Santa Justa, el elevador más famoso de la capital, una estructura de hierro al estilo de la Torre Eiffel. Cuesta 5€ utilizarlo. Nosotros optamos por rodearlo y ascender la empinada cuesta hasta la Iglesia do Carmo.




Elevador de Santa Justa










Se trata de la mayor iglesia gótica de la ciudad que quedó en ruinas tras el terremoto de 1755. No se ha restaurado, y las ruinas son el recuerdo de aquel desastre. La entrada al Museo Arqueológico do Carmo cuesta (3€)



Frente a la Iglesia do Carmo se detiene el Elevador de Santa Justa. Nos acercamos a él y admiramos, por primera vez, la panorámica de la capital lusa desde las alturas.











Praça Martin Moniz

Nos dirigimos al norte, alejandonos de Baixa y pasamos por la Iglesia de Sao Domingo hasta llegar a la praça Martin Moniz desde donde parte el tranvia 28. Este tranvía realiza un recorrido de 40 minutos pasando prácticamente por toda la zona turística de Lisboa. 









Tranvía 28



Nos llevó más de una hora de espera la cola, pero logramos disfrutar del fantástico recorrido sentados, admirando, tranquilamente, las encantadoras calles de Baixa, y elevandonos por las coloridas estrechezes de Graça y Alfama para volver al Oeste pasando por Chiado y Bairro Alto, hasta llegar a la Praça San Joao Bosco, donde esta el Mercado Ourique.














Mercado Ourique



Comida un tanto cara pero de muy buena calidad. Podemos elegir codillo, hamburguesas, sushi, fruta... y sobretodo cerveza! Nuestra primera Sagres. 




Tras un buen rato de charla y descanso volvemos al centro con el tranvía 15 que nos deja en la praça Do Comerço, una plaza emblemática de la ciudad donde se asentó, durante más de 200 años, el Palacio Real; hasta que, en 1755, el terremoto destruyó el edificio. 

Desde esta plaza, tenemos unas magníficas vistas del puente 25 de abril sobre el Tajo y dado que esta situado al oeste de la misma, es un punto idoneo para disfrutar del atardecer.







Praça do Municipio
Seguimos por el oeste hasta la praça do Municipio, donde se asienta el ayuntamiento de Lisboa. Más adelante, llegamos a la praça Duque de Terceira, donde se encuentra Cais do Sodré, la estación ferroviaria y náutica que conecta Lisboa con Belem y Cascais mediante el tren y Casilhas mediante el transbordador. 










Praça Luis de Camoes

Ascendemos la empinada rua do Alecrim hasta la praça Luis de Camoes, que rinde homenaje al prolífico poeta portugués. Esta zona es la zona de ambiente nocturno de la capital. Alrededor de la misma encontramos múltiples bares y discotecas donde disfrutar de la noche.  








Cafe A Brasileira

En la rua Garret encontramos el Cafe A Brasileira, uno de los bares más antiguos de la ciudad. Los precios son algo caros, sobretodo en la terraza, donde podemos tomarnos el típico café expreso portugués, bica, junto a la estatua del ilustre poeta portugués Fernando Pessoa. Aunque si no nos apetece tomar nada, podemos visitar al menos el interior. 





Libreria Bertrand

En la misma rua Garret, a escasos metros, encontramos la libreria Bertrand, la librería más antigua del mundo. Amplia y repleta de libros, el establecimiento nos entretiene un buen rato caminando por su largo pasillo.









Tomamos el camino de vuelta a la praça Rossio. Al noreste de la misma, en el limite entre ésta y la praça da Figueira encontramos A Ginjinha,un diminuto chiringuito dónde sirven exclusivamente “ginjinha”. 

Con este brindis finalizamos el día. Volvemos al hostal y por el camino cogemos algo de comida en un supermercado para la cena en la terraza, acompañada de una buena Sagres. 














Día 2: Graça y Alfama

Salimos del hostal en dirección oeste, para llegar al barrio de Graça. Se trata del barrio más antiguo de Lisboa. Callejones, escaleras, placitas, tabernas y ambiente mediterráneo a tope. Abandonamos las rectas avenidas del día anterior para perdernos en las estrechas callejuelas que serpentean por las pequeñas colinas donde sobre las que se encuentra construido el barrio.






Llegamos a lo alto del barrio, donde encontramos el primer mirador del día. Mirador de Senhora da Monte. Desde el mismo admiramos el barrio de Graça, la Iglesia de Graça y el Castelo de Säo Jorge.












Vistas desde el mirador de Senhora da Monte



Vistas desde el mirador de Senhora da Monte




Descendemos por el largo da Graça hasta el Mirador da Graça. Otro parada visual para admirar la capital lusa.



Vistas desde el mirador da Graça





Continuamos por la rua de Säo Vicente y pasamos por la preciosa Iglesia Säo Vicente de Fora hasta llegar al Campo de Santa Clara donde martes y sábados se monta la Feira da Ladra, un mercadillo de artículos de segunda mano muy pintoresco y animado.






Mercadillo Feira da Ladra


Panteon Nacional

Frente al mismo, se alza el Panteon Nacional, donde yacen los restos de grandes figuras republicanas, así como de la gran fadista Amália Rodrigues.

















Descendemos callejeando por las estrecheces de este barrio. A pesar de las continuas subidas y bajadas, caminar por esta zona de Lisboa nos encanta. 







Llegamos al Mirador das Portas Do Sol y Mirador Santa Luzia que se encuentra el uno al lado del otro. Aprovechamos para hacer una paradita y estrenar la Super Bock en nuestro paladar. El Sol aprieta con ganas hoy, y algo refrescante sienta de maravilla. 



Mirador das Portas da Sol



Mirador de Santa Luzia


En el Mirador das Portas Do Sol conocimos a Babacar, un senegalés que se gana la vida vendiendo en la calle. Se acercó a nosotros a charlar mientras tomábamos una cerveza. Conocía muchas cosas de España ya que había estado años viviendo en Madrid. Nos echamos unas risas con él y aprovechamos para hacernos con una pulsera los 6; como recuerdo del viaje. 








Sé: Catedral de Lisboa
Tras comer, descendemos por rua do Limoeiro , ya dentro del barrio de Alfama, hasta Sé (Catedral de Santa Maria Maior)

La catedral de Lisboa es la iglesia más antigua de la ciudad. Se construyó en el año 1147 y ha sido remodelada en diferentes ocasiones debido a los terremotos sufridos. En ella se pueden ver una mezcla de distintos estilos arquitectónicos.















Casa Dos Bicos

Bajo la catedral, en la rua Dos Bacalhoeiros, encontramos la Casa dos bicos. Ésta fue construida en 1523. Su fachada esta revestida con piedras talladas en forma de punta de diamante ("bicos").











El dueño de la casa, Brás de Albuquerque, la mandó construir para imitar el Palacio de los Diamantes de Ferrara y el Palacio de Bevilacqua en Bolonia que tanto le gustaron en su viaje por Italia. Tras el terremoto de Lisboa de 1755, el edificio quedó destruido y desaparecieron los dos últimos pisos. La casa fue utilizada como almacen de bacalao hasta que, en 1983, fue reconstruida y sirvio como local de exposiciones. Hoy en día, la Fundación José Saramago esta abierta al público en la Casa dos Bicos, donde ofrece a los visitantes una exposición permante de la vida y obra del escritor Jose Saramago.


Nos dirigimos a rua da Madalena. Desde la misma, crecen unas escaleras que nos elevan hasta el Castelo de Sao Jorge. Existe un ascensor gratuito que te ahorra el esfuerzo, pero merece la pena el ascenso por los estrechos peldaños que nos regalan un ambiente típicamente portugués. 



Graffiti en la subida al Castillo





Al final de la escalinata, antes de llegar al castillo, en la costa do Castelo nº 7, se encuentra el Bar do Chapito. Una terraza escondida que es a la vez bar y restaurante, regentada por unos jóvenes. El ambiente es genial y las vistas magníficas. 









Bar do Chapito




Tras la parada técnica, llegamos al Castelo de Sao Jorge, situado en en la colina de San Jorge,la más alta de la ciudad.




Construido en el siglo V por los visigodos, el Castillo de San Jorge fue agrandado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez. 



En 1938 sufrió una restauración completa.Su período de máximo esplendor se extendió desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, época en la que el castillo estuvo ocupado por los reyes de Portugal.

Para descender de la colina utilizamos el ascensor. Éste nos deja en un subterráneo donde encontramos un supermercado ideal para comprar la cena de hoy.


Vuelta al hostal para cenar y acicalarnos ya que hoy nos toca hacer turismo nocturno por Barrio Alto. Al norte de la plaza Luis Camoes encontramos bares donde podemos tomar algo tranquilamente en las terrazas. Éstos cierran sobre la 01.30, por lo que a partir de esta hora, la gente se dirige al sur a la "rua rosa", una calle cuyo suelo esta pintado de dicho color y que se encuentra repleta de bares y discotecas (algunas de pago).

A las 04.00 cierran todos los locales gratuitos y solo quedan los establecimientos de pago, por lo que decidimos volver a casa. Ha sido una noche muy divertida.







Día 3: Belem, Traffaria, Almada y Cacilhas.


Hoy toca dormir un poco más para recuperarnos de la marcha nocturna,por suerte, la ginjinha se porta bien y nos despertamos con ganas de recorrer más zonas de Lisboa. Es el turno del barrio de Belem, el barrio histórico y monumental de Lisboa, donde el Tajo se funde con el mar. 






Para llegar e éste tomamos el tren de cercanias desde Cais do Sodré. Cerca de la estación encontramos un bar donde aprovechamos para comer algo.






Con las pilas cargadas, nos acercamos a la costa para seguirla dirección Oeste. La primera parada es Padrao dos Descobrimentos, un monumento dedicado a los exploradores y descubridores portugueses de la Era dos Descubrimientos. Por 3 se puede subir a la terraza. 


Pradao dos Descubrimentos

Bajo el monumento, pintado las baldosas del barrio de Belem, se extiende un amplio mapamundi que indica las fechas de las conquistas de las diferentes colonias portuguesas a lo largo de America y África. Fue en este lugar donde conocimos a Paco, un curioso asturiano que se encontraba en Lisboa de paso. Al escucharnos hablar castellano se acercó a nosotros y nos ofreció enseñarnos los secretos del barrio de Belem. 





PERO CUIDADO!! Al final de la visita Paco os dirá que necesita dinero para el autobús de vuelta a Oporto. Dice que le han robado el coche, el móvil y la cartera por lo que está tirado. Parece un chico muy agradable y estuvimos muy a gusto con él durante las 3 horas de visita y charla (incluso nos sacamos una foto con él) pero no es más que un disfraz, una jugarreta para sacar dinero. De esto nos enteramos a la vuelta, al encontrarlo en redes sociales. Por suerte, no le dimos mucho dinero pero según se comenta en los foros se suele llevar entre 80€ y 100€.


Seguimos por la costa, dirección oeste y pasamos frente a la Torre de Belem.Se trata, quizás, del monumento más característico de la capital portuguesa. Se construyo en 1514 y sirvió como centro de recaudación de impuestos para poder entrar a la ciudad por el mar. En 1983, junto con el monasterio de los Jeronimos (situado enfrente de la misma) fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.



Torre de Belem



Cerca de la torre de Belem se encuentra el Monumento a los caidos en Guerras de Ultramar. Los nombres de las víctimas inundan las paredes y en el centro una llama que nunca se apaga vela por ellos. Esta llama es protegida por dos militares que realizan el cambio de guardia cada hora.


Monumento a los caídos en las Guerras de Ultramar




Seguimos hacia el oeste y, tras pasar por una pequeña playa, nos encontramos con un impresionante edificio con forma de barco que Paco quería visitar y nos convenció para que lo acompañaramos. Se trata del centro de investigaciones de Champalimaud, especializado en investigación oncológica.









Este centro de investigación se construyó en 2011 y cuenta con la más novedosa tecnología médica.También cuenta con un pequeño anfiteatro para conciertos y una piscina de cara al río Tajo. 







ESTE ES PACO!! QUE NO OS ENGAÑE! ES UN ESTAFADOR!!








Nuestra última parada es el Monasterio dos Jerónimos. Magnífico edificio de estilo gótico manuelino y renacentista, declarado Patrimonio de la Humanidad. Frente a él, se encuentra la Antiga Casa dos Pasteis de Belem ,donde se creo la formula secreta del pastel de belem. La cola es larga para adquirir el preciado dulce en el sitio oficial, por lo que decidimos pasar del mismo y dirigirnos al embarcadero del barrio de Belem.



Monasterio dos Jeronimos


Tomamos el barco a la ciudad de Traffaria, una diminuta localidad pescadores de apenas 6.000 habitantes llena de casas de madera enfrentadas a una pequeña playa abarrotada de pequeñas embarcaciones. El paseo por la orilla es breve, a la espera del bus que nos lleve a la ciudad de Almada.









Trafaria

Trafaria


En el mismo bus, debemos preguntar cual es la parada del Cristo Rei ya que el autobús pasa cerca del mismo. Desde la parada, en un ascenso de 10 minutos, llegamos al gran monumento de 28 metros que corona la costa sur de Lisboa.


Se construyó en 1934 cuando el Cardenal de Lisboa viajó a Río de Janeiro y quedó impactado por el Cristo Redentor que comenzó a recaudar fondos para construir uno similar en la capital lusa. La entrada a la terraza cuesta 4€ ,por desgracia,llegamos tarde y nos quedamos a la puertas del mismo. Debíamos haber mirado el horario: de 09:30 a 19:00.

Caminando desde el monumento, llegamos al puerto de Cacilhas, tras atravesar el municipio de Almada. El trayecto andando es algo más de 30 minutos, pero podemos coger de nuevo el bus que nos había dejado allí o un tranvía desde el centro de Almada.La caminata es más larga de lo que esperamos, nuestros estómagos rugen pero, por suerte, Lisboa nos compensa el no subir al Cristo Rei con un bonito atardecer desde Cacilhas, donde los naranjas brillan y se entremezclan con el rojo del puente 25 de abril y además, con una buena cena de sopa y sardinas, a orillas del río Tajo. 











Saciados, cruzamos con el transbordador hasta Cais do Sodre, donde tomamos el metro para volver al hostal.



Día 4: Sintra, Cabo de Roca, Cascais y Estoril


Salimos del hostal hacia estación de Rossio, donde parten los trenes a Sintra. El trayecto dura algo más de 20 minutos.


Sintra


Sintra fue la gran desilusión del viaje. Se trata de un municipio del extrarradio de Lisboa cuyo casco histórico (bellísimo, no lo vamos a negar) se encuentra en lo alto de una colina. 

La desilusión llegó cuando vimos que estaba totalmente explotado y malamente organizado.





El tren nos deja en la estación de Sintra, al pie de las grandes colinas, donde se alzan los imponentes palacios que atraen a miles de turistas cada día. Desde la estación, se puede ir caminando al centro del casco histórico, situado también, al pie de la montaña, donde encontramos el Palacio Nacional de Sintra.

Desde aquí, parte un bus hasta los palacios. Uno de ellos, el 434 nos lleva al Palacio de la Pena y al Castillo de los Moros, el otro, el 435,nos lleva a la Finca de la Regaleiraal Palacio de Setais al Palacio de Monserrate. El precio de cada autobús es de 5€ y 3,50€ respectivamente, aunque nos sirve para montarnos todo el día.

El primer problema de organización es el hecho de que dejan subir con coches a los palacios, por tanto, la cola que se forma en la carretera es notoria. A eso lo sumas, el gran número de turistas y la baja frecuencia de los autobuses y nos da como resultado algo más de 1 hora para subir al Palacio de la Pena

La sorpresa, al llegar al mismo, fue el desorbitado precio que cuesta entrar al recinto de cada palacio. (Adjunto imagen)





Los palacios me recuerdan al Castillo de Neuschwanstein, al que puedes acercarte gratuitamente y sólo cobran la entrada al mismo. En este caso, ni siquiera puedes entrar al recinto que se encuentra a 1km del palacio, por lo que me parece una información vital para turistas que viajan con presupuesto ajustado, como es nuestro caso. No lo había leído en ningún blog ni guía por lo que me parece necesario apuntarlo en mi página.


Como no nos lo podíamos permitir, decidimos seguir nuestro itinerario del día. Desde la estación de Sintra tomamos el autobus 403 dirección Cascais; el cual, a mitad de camino, tiene una parada en el cabo de Roca.


Cabo de Roca


El cabo de roca es el punto más occidental del continente Europeo. Esta situado en el termino municipal de Sintra, a 40km de la capital portuguesa.
El faro, a 140 metros de altura, gobierna sobre el oleaje que se mece bajo nuestros pies, los cuales, se toman un descanso merecido, tras las largas caminatas de los últimos días por la capital lusa, y disfrutan de la increíble estampa del infinito Océano Atlántico, solamente recortado por las afiladas rocas que emergen del mismo, como pidiendo disfrutar del paisaje también, como lo hacemos nosotros, o tal vez queriendo posar, para formar parte del espectacular retrato de luces y colores.






El poeta Luis de Camoes definió el cabo da Roca como el lugar "donde la tierra acaba y el mar comienza". (Onde a terra acaba e mar começa). Y esta frase, la podemos ver inscrita en el monumento que homenajea este lugar.








Al lado del faro, también podemos encontrar un restaurante, donde aprovechamos para comer. La verdad es que la comida aquí, deja bastante que desear. Nos sacaron unos sandwiches fríos, por suerte, no pagamos demasiado por ellos. Después de comer, y tras un descanso en el acantilado, tomamos el mismo bus que nos había traído hasta aquí, el autobus 403 dirección Cascais.


Cascais

Iglesia Nossa Senhora dos Navegantes
Desde la estación de autobuses de Cascais, nos dirigimos al núcleo urbano de la ciudad, pasando por la Iglesia Nossa Senhora dos Navegantes, y entre callejuelas nos dirigimos a la costa; más concretamente al mirador de Boca do Inferno.





El mar ha azotado durante años la costa de Cascais dotando a la ciudad con unas paredes rocosas de innumerables formas y tamaños distintos que nos recuerdan a Jaizkibel. El Sol, que ya avisa con marcharse, nos anaranja el paisaje y, aunque es razón para quedarse un rato más, también es advertencia. El día termina y debemos darnos prisa para llegar a Estoril antes de que anochezca.


 
Continuamos por la costa, pasando por el faro de Santa Marta y la casa de Santa Maria, ambas próximas al puerto marítimo de Cascais, que da salida al mar a la antigua Ciudadela fortificada que aun se mantiene en pie en el municipio luso.


Faro de Santa Marta



Playa de Cascais



Estoril



Bordeando las numerosas playa de Cascais, llegamos a Estoril, otra ciudad costera, más pequeña que Cascais, donde destaca el casino de Estoril, que entretiene a los turistas cuando el Sol se marcha y las playas se vacían. 






Playa de Estoril









A pesar de llevar el bañador en la mochila, hoy no ha dado tiempo a chapuzón; esperamos estrenar el Atlántico en el Algarve. Volvemos en tren a Lisboa, a Cais do Sodré, para cenar y descansar, queda una semana dura por el sur de Portugal.




Un país en mi mochila













1 comentario:

  1. Hola, es una lástima que no pudiérais entrar en los palacios de Sintra, es de los mejor. El Palacio de Regaleira es una pasada, ya no el edificio en si, q es muy hermosos, si no sus inmensos jardines y secretos que oculta.

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